Si, esto de los post cada 5 días me está matando: 3 (9%)
No, prefiero ver de una sola tacada las andanzas de Borjemon en Bélgica: 11 (34%)
¿Ah, pero es que lo que escribes no son chorradas? 5 (15%)
Azul: 13 (40%)
Así que por dos votos ha ganado Azul. Os contaré que hace muchos muchos años, cuando tenía 20 añitos y pelo para hacerlo, me teñí el pelo de azul. Después de tanto tiempo os confesaré que mucho tuvo que ver la película Nirvana. Me encantan todas las películas futuristas ( me gustó hasta Minority Report... bueno... todas menos I.A. de Spielberg) Y aquel pelo azul de la protagonista era brutal.
Cuando lo dije, como siempre, mi hermano y mi madre me animaron y mi padre se llevaba sus manos a la cabeza aunque lo dejaba en las mías. Era el día de mi cumpleaños y me fui a casa de mi hermano a perpetrar el tinte.
Para los que no lo sepan aplicar un tinte tiene muchos pasos. Uno donde te decoloras el pelo y acabas con la cabeza envuelta en papel de plata como si fueras una patata a la brasa (porque también sube el calor de forma increíble). Esto te deja el pelo color "amarillo pollo". Luego otro donde te lo tiñes y pones perdido el baño y entre medias, muchas mascarillas para proteger el pelo. Pero al final ahí lo tenía, mi pelo completamente de azul. Y no un azul de estos que son negros con reflejos azules, no no, AZUL OSCURO! ... Si me hubiesen dado un cacahuete por cada vez que me preguntaron ¿ha sido por una apuesta? todavía hoy estaría alimentando a toda la población de elefantes del mundo con ellos. Pero no, simplemente me puse el pelo de Azul con plena conciencia de mis actos.
Y así fui por la vida por un tiempo, recogiendo las miradas de la gente en autobuses, metros y calles de Madrid. Cosas de la vida, ese Septiembre y gracias a un amigo y sin buscarlo, me llamaron para un trabajo. "Profesor de informática para niños". La verdad es que siendo el más pequeñito de una familia muy grande no había tratado casi con niños pequeños, así que no tenía ni idea pero decidí aceptar. Cuando llegué al cole resultó ser un colegio concertado con todos los niños vestidos de uniformes. Y ahí estaba yo, con mi pelo azul. Cuando llegué había otra chica que entró conmigo, estaba estudiando magisterio y al ver el pánico en mis ojos rápidamente se apiadó de mi.
- Bueno, me quedo yo con los canijos y te dejo los de 9-10 años a tí.
El director era un tipo joven, con mucha mala hostia que imponía tanto respeto que cuando entró en clase a presentarme y dijo "Por favor señores, a sus asientos YA!!!" yo corrí como loco a buscar un pupitre libre donde sentarme. Creo que este fue el único momento de silencio en mis clases. Para colmo de males, el director me explicó que por falta de medios solo era posible tener una de las dos clases semanales (por grupo) en el aula de informática y la otra debía ser en una clase normal. ¿Os imaginais dando informática en una clase con pizarra a niños de 9 años?
Aún así me armé de valor (porque tras la primera clase sin ordenadores hubiese huido a la fosa de las Marianas a 11.000 metros bajo el nivel del mar). Así que mis clases empezaron a funcionar. Creo que estoy en el Guinness de los Records como el peor profesor que ha pisado un aula en la historia, pero aún así era un trabajo genial. Realmente aprendí yo más que ellos, y no es una frase hecha. A esto ayudaba que la única ayuda que me dio la empresa que prestaba los servicios a la escuela era un libro con los 100 mejores trucos de Office donde había cosas tan útiles para un niño de 9 años como: "Como crear estilos para que tu CV quede profesional".
A todo esto, mi pelo se fue volviendo verde (según se iba perdiendo el tinte... amarillo + azul -> verde) Los niños flipaban bastante conmigo y no se cortaban en preguntarme. Bueno, realmente los niños hacían lo que querían conmigo. (ya dije que soy más blando que el perrito de Scotex viendo Bambi). Yo era incapaz de mandarles al director. ¡Venga hombre, estaba seguro que ese hombre se comía a los niños malos! Ni siquiera era capaz de gritar convincentemente. ¡Joder, eran niños y esto es informática!!! Lo bueno: los niños buenos me querían mucho, me regalaban dibujos y me decían cosas que derretirían al mismo Chuck Norris. Lo malo: los niños malos cada vez se portaban peor. De hecho, el día de trabajo que he llegado a casa más hecho polvo no ha sido cuando ningun jefe me ha echado una bronca, ni cuando no he llegado a un plazo aún habiéndome quedado una semana hasta las 10... mi peor día de curro de la historia fue uno donde dos niños se pelearon en mi clase justo antes de salir. Pero los niños buenos hacían que todo esto se olvidara al día siguiente.
Pero bueno, llegó febrero, mi pelo amarillo y negro, había conseguido aprenderme todos los nombres pero mis clases del segundo cuatrimestre no me permitían continuar dando clases. Así que con todo el dolor de mi alma tuve que dejarlo. Los únicos recuerdos que guardo son los dibujos de los niños y el libro con los mejores 100 trucos de Office97. Aunque muchos no me creeran, que yo recuerde, ni siquiera tengo fotos mías con el pelo azul. Nunca me gustaron las fotos de mi persona. Sin embargo cada cierto tiempo recuerdo esas clases con cariño.
Y tras esta historia más ñoña que una figurita de la Sirenita en un pastel de merengue rosa os voy a poner una canción no menos ñoña que me tocó "bailar" más de una vez ya que, cosas de la vida, salió por aquellos entonces (después de mi tinte, ¡ojo!)